HabitaR el Centro. Casa Torero.

Esta vivienda se encuentra ubicada en el Barrio de San Miguelito en la esquina de Independencia con Pascual M. Hernández, se intervino hace un par de años. El propietario la adquiere en absoluto estado de abandono por un precio muy razonable y aborda un programa arquitectónico destinado a vivienda unifamiliar con perfil de estudio artístico. La disposición de los espacios que conforman la vivienda reciclada son; en planta baja: estancia, comedor, cocina-lavandería, patio, habitación principal, baño, vestidor, habitación secundaria, y en la planta superior, recuperando la azotea: terraza, estudio de pintura con baño y sauna. El ambiente, propiciado por un mobiliario bien seleccionado, donde predominan objetos históricos y obra artística de corte taurino y contemporáneo, es acogedor y con personalidad, de evidente diálogo congruente con la arquitectura que lo contiene.

El elemento agregado que funge como estudio de pintura, ubicado en la azotea, muestra el rostro contemporáneo de la intervención, volumen blanco con vanos horizontales y elementos en concreto aparente. Un amplio espacio iluminado que propicia el ambiente creativo, y provoca el uso del resto de la azotea como terraza, donde se ubica una especie de caja de sombra de reminiscencia mediterránea, fabricada con los morillos despintados y deteriorados, que fueran recuperados de las bóvedas originales colapsadas, recurriendo al carácter de los objetos con memoria. Y dando un toque cálido a la estancia soleada de azotea. La intervención implicó la reposición de losas nuevas que se efectuaron con técnica tradicional de bóveda catalana, viguetas de madera y ladrillo cuadrado, sólo que aquí en lugar de tierra encima se aplica una capa de compresión de concreto armado con malla electrosoldada, eficientizando la durabilidad del elemento estructural, los pavimentos se respetaron en el patio central, adoquines en distintas dimensiones, se limpiaron y re colocaron, en los interiores se instalaron pisos de pasta de cemento, recordando las décadas de mediados del siglo pasado, en los aplanados se aplicó un estuco, material sencillo de colocar que lleva el color integrado y que deja una textura ligeramente rugosa, mostrando una apariencia cálida, derivada de una excelente selección de colores. Las puertas y ventanas del interior, elementos reciclados, solamente tratados para polilla y nada más, muestran abiertamente su apariencia vieja y despintada, sin la más mínima consideración a la afición por el objeto nuevo o el consumismo.

La finca es pequeña, aunque muy bien aprovechada en sus espacios, 118 m2 de terreno, 97 m2 de construcción original y la ampliación del segundo piso de 40 m2, ganando una terraza de mas de 50 m2 con vistas generosas de las principales torres del centro histórico y la Sierra de San Miguelito. Una inversión moderada en la intervención, además de una detallada selección del mobiliario y objetos de arte que complementan la atmósfera, generaron éste resultado tan acogedor y con tanta personalidad como puede apreciarse.


Descripción.

 

Revista HÁBITA, No. 13.

Enero 2013.

www.revistahabita.com  

 

Texto y fotografía.

Antonio Gorab.