HabitaR el Centro. Casa Vallejo.

A unos pasos del tradicional Jardín de San Miguelito, en un ambiente cargado de provincia; un barrio que cuenta con iglesia, mercado, panadería, tiendita, bar, cenaduría, cocina económica, videoclub, antigüedades, notaría, farmacias naturistas, artesanías, escuelas públicas, guarderías, librería, museo, turismo, cultura, y sobre todo la atmósfera incomparable de un barrio antiguo, a 5 minutos a pie del corazón de la ciudad, a 15 minutos en auto de la zona poniente o de la zona industrial, significa por muchos aspectos una zona privilegiada en la mancha urbana, poco aprovechada por la población que no nació allí. 

Esta finca con cerca de 200 m2 de construcción y 150 m2 de terreno, ha sido intervenida en distintas etapas; la casa original es del siglo XIX, y consta de una sola planta, la primera modificación parece ser en la década de los 50’s por la clase de materiales empleados, se agregaron en ese entonces 3 habitaciones y un baño completo en la parte superior, la siguiente fue a principios de este siglo, donde simplemente hubo trabajos de restauración respondiendo al proceso natural de deterioro, y la última intervención realizada en el 2012 implicó una serie de trabajos de poco impacto a la condición original de la estructura, pero una buena re conformación de espacios con excelentes resultados bajo el concepto del reciclaje. La vivienda recuperada queda en planta baja con un zaguán, estudio, dos amplias alcobas, un baño completo, vestidor, estancia, comedor, cantina, cocina y área de tv, tapanco para juegos, en planta alta: una recámara, vestidor, baño-lavandería, sala de juegos, una amplia terraza y bodega. 

Es determinante el interés que se provoca entre la relación espacial, los materiales constructivos y el mobiliario seleccionado, que en buena medida también fue objeto de reciclaje de diversos materiales, transformados en objetos con distintas funciones, que conviven con antigüedades y muebles contemporáneos en un ecléctico confort. El problema de la humedad, tan frecuente en esta zona, se solucionó con distintas medidas, como aerodrenes, liberación de pisos de concreto de pasta, aplicación de hidrofugantes, pero la liberación de aplanados fue la que además de contribuir en una libre ventilación de los muros, deja expuesto el material natural, reflejando un carácter especial a los espacios interiores, en algunos casos piedra en otros adobe. 

Es necesario destacar la peculiar disposición de sus espacios. Hay que tener en cuenta la buena brecha en la forma de vida de hace 200 años a la actual, ello implica que los habitantes cedan a cierta lógica funcional de relaciones poco ortodoxa, para generar tránsitos muy interesantes que hacen del día a día algo muy práctico, quedando la conformación arquitectónica original prácticamente respetada en su totalidad. Existen elementos de esta finca que además del valor patrimonial histórico que representa, le dan una atmósfera verdaderamente cálida, una habitabilidad confortable contenida en muros anchos, espacio altos, pisos de cantera, aplanados recuperados, puertas originales rehabilitadas, bóvedas de ladrillo con rieles de ferrocarril, marcos de cantera, alto contraste en su iluminación tanto natural como artificial, continuidad espacial, características que provocan ambientes únicos que sólo con pre existencias arquitectónicas de esta índole se pueden lograr.


Descripción.

 

Revista HÁBITA, No. 14.

Febrero 2013.

www.revistahabita.com  

 

Texto y fotografía.

Antonio Gorab.